A todo nuestro
personal Directivo, Docente, Administrativo y Obrero. A todos nuestro
Padres Representantes y alumnos de nuestro Complejo Educativo Diocesano.
Estando a las puertas
de conmemorar la venida del Hijo de Dios al mundo, el esperado “Emmanuel con
nosotros” (Mt. 1,23) Y al umbral de un
fin de año 2021 y la espera de un nuevo año 2022, recordamos las palabras de
San Pablo en medio de la adversidad “Estén siempre alegres en el Señor” (Fil.
4,4) No hay razón para que nada ni nadie
nos arranque la alegría en nuestro corazón porque “El Señor está con nosotros”
(Jos. 1,9).
La pandemia, la crisis
país, los problemas familiares… no pueden dejarnos perder el derecho a la
alegría como don preciado de Dios desde el primer momento de nuestra
concepción en el vientre materno.
La perversidad de
muchos cuando ostentan el poder y se consideran eternos en el buscan las formas
y maneras de atentar contra ese derecho, así creen nos pueden convertir en
sumisos a sus caprichos y al ejercicio del poder por el poder y no al poder
como servicio a los semejantes, pero aquí tenemos que ser fuertes y aún en
medio de la tristeza e impotencia recordar y vivir en nuestros corazones el
Emmanuel con nosotros, “Jesús está vivo” (Lc. 24), está presente en el corazón
de cada uno.
Tomemos conciencia de
la presencia del Señor en nuestros corazones y hagamos presente ante esa
presencia, así la esperanza y la alegría serán siempre nuestras compañeras de
vida y sortearemos con éxito todas las dificultades. Esta es la mejor cuna que podemos prepararle
al Niño Jesús en estas navidades, la cunita en nuestro corazón.
El año a finalizar no
ha sido fácil, los acontecimientos todos los conocemos, no hace falta
mencionarlos, pero la esperanza fruto de nuestra fe nos debe conducir que
vendrán tiempos mejores, y que como dice un refrán muy llanero “seremos del
tamaño del problema que se nos presente”.
Espero este mensaje les
llegue a todos y cada uno de ustedes y se les clave como un dardo en el
corazón, no se dejen desanimar ante las fatigas y problemas que la Venezuela de
hoy está padeciendo. Les repito “Jesús está vivo, Él nos ama, nos da las
fuerzas, las ideas”, pero como les dije antes “hagámonos presente ante su presencia” (Jn.
12,21.
Fraternalmente
NÉSTOR PÉREZ GONZÁLEZ
Rector